miércoles, 24 de noviembre de 2010

En busca del espacio perdido...


(…) No es nada casual que algunos de los movimientos más beligerantes en la reconsideración en clave creativa de las formas de apropiarse de la ciudad – de los simbolistas del XIX al grupo Stalker, pasando por las primeras vanguardias o los situacionistas– pusieran ese énfasis en la necesidad urgente de reinfantilizar los contextos de la vida cotidiana.

Reinfantilizar como restaurar una experiencia infantil de lo urbano: el amor por las esquinas, los quicios, los descampados, los escondites, los encuentros fortuitos, la dislocación de las funciones, el juego. No en el sentido de volverlos más estúpidos de lo que los han vuelto los centros comerciales y las iniciativas oficiales de monitorización, sino en el de volver a hacer con ellos lo que hicimos –sin permiso– de niños.

Hacer que las calles vuelvan a significar un universo de atrevimientos, que las plazas y los solares se vuelvan a convertir en grandiosas salas de juegos y que la aventura vuelva a esperarnos a la salida, a cualquier salida. Recuperar el derecho a huir y esconderse… (…)


Manuel delgado
Territorios de la infancia. Diálogos entre arquitectura y pedagogía.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Y sin embargo

Y sin embargo hay noches en que crezco,
de puntillas, al filo de la aurora...

María Rosal

Anochecer

sábado, 20 de noviembre de 2010

Fluir para abandonarnos a cada instante...

La codicia es uno de los grandes males del siglo XXI.
Arrasa pueblos y la vida de la gente...

Tenemos que volver a sentir la tierra con las manos,
aliarnos con la naturaleza…
Fluir para abandonarnos a cada instante,
y cantar todos juntos a la mar y a los bosques
(el ser humano ya cantaba cuando empezó a hablar
y nos dio alas para el amor…)

Una mirada infinita declara que urge cuidar,
con ternura, de nuestros horizontes…


viernes, 19 de noviembre de 2010

Para vivir no quiero...

Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!

Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo»

Pedro Salinas

viernes, 12 de noviembre de 2010

Paz en cada paso...

A veces, las personas que nos acompaña cambian de ritmo, o se marchan a otro compás... Todo se queda grabado en la piel, y la vida continúa... Sigues siendo tú, con o sin el otro...; y vas dando paz en cada paso...

Estás más sola que nunca, y mágicamente, te sientes menos sola que nunca... Todo está adentro, y "el amor teje el tiempo de manera que todo sucede cuando tiene que suceder"... Y a pesar de los cambios de ritmo de la vida, y de la gente que quieres, ni por asomo te acercas al victimismo, porque desde el victimismo ya no somos libres...

Te das cuenta de que "la muerte no cambia una relación, sino cómo vives los días y las noches"... Identificas el carácter, los silencios y la energía que posees, y haces filtrar todo lo sonoro que se acerca... Ser es habitarse, y sales a la calle con una sonrisa y gritas: ¡aquí estoy!, ¡Sí, aquí estoy y soy!

Brahms en el jardín...