sábado, 26 de febrero de 2011

La huella de tu abrazo...

Los últimos días han sido algo grises... Esta sensación áspera de que todo se complica es agotadora...; pero en la noche hay un abrazo que te sorprende, te reconforta, y te "enfoca" de nuevo...Y además, ese abrazo te dice, con toda la delicadeza del mundo, que la piel del otro y la tuya, - con su respiración, sus miedos, su alegría -, encuentran tiempo en la ciudad para dar espacio a la calma... Es la huella de tu abrazo que no olvido... que tiene baile y música, que llora y cierra los ojos...

martes, 15 de febrero de 2011

El corazón que habito

Semillas de caricias sin melancolía,
con la sensación cercana del deseo.
Cierre y reparación con palabras,
sin medir la ternura en centímetros...

Manos libres, risueñas, sin telarañas...
que se asoman a la ciudad de al lado,
y que cambian el lugar de las rosas,
cuando pasan los barcos con sueño...

Escucho la verdad sin horas
en el corazón que habito a diario.
Ya no hay medias verdades con alas,
ni páginas fragmentadas de olvido...

Los ríos se llenan de peces y estrellas,
y las huertas se inundan de aliento,
para poder creer en mi corazón que palpita,
y para cantar a los que más quiero...

jueves, 10 de febrero de 2011

A la esperanza vuelvo, a la madera...

A la esperanza vuelvo, a la madera
que construyó mis días importantes,
a la extraviada primavera
de antes...

C.Oliver Labra

miércoles, 2 de febrero de 2011

Podemos lograrlo...

Para Beatriz, que superamos el miedo y nos fuimos al otro lado del Átlántico... Por todos los malos ratos que vamos superando y por las risas compartidas...

"Hay magia en la noche... Oye, podemos lograrlo si corremos... Oh, Carretera del Trueno, agárrate fuerte, Carretera del Trueno"


martes, 1 de febrero de 2011

Si oyes correr el agua

Si oyes correr el agua en las acequias,
su manso sueño pasar entre penumbras y musgos,
con el apagado sonido de algo
que tiende a demorarse en la sombra vegetal.
Si tienes suerte y preservas ese instante
con el temblor de los helechos que no cesa,
con el atónito limo que se debate
en el cauce inmutable y siempre en viaje.
Si tienes la paciencia del guijarro,
su voz callada, su gris acento sin aristas,
y aguardas hasta que la luz haga su entrada,
es bueno que sepas que allí van a llamarte
con un nombre nunca antes pronunciado...

Álvaro Mutis