"Intenta imaginarte el corazón como si fuera un instrumento musical. Están las cuerdas que tocamos habitualmente: la de la tristeza, la de la alegría, la de la rabia, la del dolor, la de la añoranza, la del enamoramiento. Y, por fin, hay otra, más escondida y profunda, que a menudo es difícil de descubrir, pero es precisamente esa la que, al vibrar, hace que el sonido de todas las demás sea armónico y potente..." "Más viento, más fuego" de S. Tamaro.
Sensible, profundo, romántico, sensual, intrigante, provocador de deseos de descubrir...lo que plantea Samaro.
ResponderEliminarY la música una gozada...
Sí, tío César!! besos cercanos!
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