Hay días que son más intensos que otros donde la música juega un papel importante. Lloras sin rabia, despacio, y acompañada para ir soltando lo que no te sirve, lo que te pesa y te confunde. Mientras, "el mundo está en una crisis fuerte a muchos niveles. Hay demasiada poca luz, y demasiada gente sin esperanza." El día se intensifica con palabras que recibes de una hermana amiga: "Es difícil encontrar gente generosa cuando creemos que hay pocos recursos. Y en el fondo nuestros recursos son infinitos porque lo más importante es lo que tenemos dentro, lo que nos hace especiales, lo que te hace ser tú, y no otra mujer en el mundo" La noche se emociona con la mirada sonriente, y los abrazos de calma silenciosos de un hombre amigo. Y con "Todas las mañanas del mundo" donde la música es la voz de los que no tienen voz...
Fue una película intensa, maravillosa. La vi en Madrid, mi extrañado Madrid.
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