Se lo dedico a mis padres, Luis y Maribel, por tener la valentía de construir La Ventolera hace ya 23 años en un "océano" de millones y millones de pinos... con la ilusión de regalarnos a mis dos hermanos y a mí, belleza, silencio, y risas, bajo un cielo limpio donde siempre se han visto las estrellas...
Un sonido tibio en el viento...,
cuadros de sonrisas sin espejos,
saboreando almas locas irrepetibles
que juegan a la espera...
Brisa de un mar lejano,
silencio que no se escapa,
y una luna que guiña y que va de frente
iluminando la tierra serena...
Estrellas que no dudan,
amaneceres bajo una manta,
donde la leña suena al compás
de nuestras guitarras...
Las flores de mi madre siempre vivas,
los libros de mi padre que no callan,
y los pasos de mis hermanos y míos
haciendo senderos con el río Cabriel en "llamas"...
Ventolera con corazón intacto...
pinos que dialogan sobre el amor,
tormentas de luz con caminos
y la música de un quinteto a cielo abierto...
Gabriela Giorgeta