lunes, 19 de abril de 2010

Se va, se va, se fue


Con el anhelo dirigido hacia ti
yo estaba solo en un rincón del café
cuando de pronto oí unas alas batir,
como si un peso comenzara a ceder,
se va,
se va,
se fue...

Tal vez fue algo de la puesta de sol,
o algún efecto secundario del té,
pero lo cierto es que la pena voló
y no importó ya ni siquiera porqué,
se va,
se va,
se fue...

Algunas veces, mejor no preguntar,
por una vez que algo sale bien,
si todo empieza y todo tiene un final
hay que pensar que la tristeza también
se va,
se va,
se fue...

Jorge Drexler

Fotografía: Beatriz Rubio

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