Mis manos van tejiendo los días,
y el silencio es mi lana y mi tela.
Me sonríen las ventanas abiertas,
mientras mezclo colores y texturas.
Escucho un susurro que me acuna,
que me dice que siga llorando
para no perderme en las cicatrices,
para no perderme en el viento.
Gabriela Giorgeta
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