martes, 30 de marzo de 2010

Ese perfume

(Para que el amor de mis abuelos en el pasado siga siendo cálida corriente en el presente, inundando este Jardín Sonoro de esperanza, de jazmines, de días ligeros sin dolor, y de voces y palabras claras.)


Ese perfume de tu piel que inunda
los poros de la mía si te abrazo,
deja en mi sueño el venturoso trazo
del rosal que a mi mano se fecunda...

Que otra cosa no soy, sino profunda
semilla, polen sobre tu regazo,
estambre de clavel que aprieta el lazo
que te injerta a mi carne vagabunda.

Hueles, mujer, igual que los jardines
de mi levante moro de azahares...
Hueles, amor, al alga de mis mares

recostada en la arena entre jazmines...
¡Y a nardo, a murta, a estío en los pinares
y a la espuma que anuncia a los delfines!

Rafael Duyos

2 comentarios:

  1. En estos versos, la sensualidad se enfatiza con los cálidos aromas de nuestros jardines moros.

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  2. En estos versos, la sensualidad se enfatiza con los cálidos aromas de nuestros jardines moros.

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